La
situación que las políticas del Gobierno español, la monarquía
parlamentaria y la Troika están imponiendo a la mayoría de la población,
es de auténtica emergencia. Pese a sus mensajes de recuperación, tienen
muy claro que de lo que llaman crisis, el sistema capitalista solo
saldrá sobre-explotando al pueblo. Por eso cada día aumentan sus
agresiones a las clases populares en lo económico, lo social, lo
cultural y lo político, a la vez que refuerzan, con la ayuda de sus
medios de comunicación, el relato de la recuperación. La esperanza
frente a toda evidencia es una forma de control.
Su
recuperación se sostiene en los suicidios de cientos de personas. En la
esperanza de vida que empieza a caer después de más de cincuenta años
subiendo. En la tasa de mortalidad que ha crecido en los últimos dos
años. En la especulación con cualquier recurso pese a que sea un peligro
para la vida, promoviendo el fracking y alentando las prospecciones
petrolíferas. En las miles de familias que se quedan en la calle porque
un banco les quita su casa. En los millones de personas a las que, dos
reformas laborales mediante, han robado sus empleos. En que los salarios
directos han disminuido más de un 20% en los últimos años para aumentar
su ganancia. En la gente a la que con sádica hipocresía llaman “pobres
energéticos”. En las mujeres a las que condenan a una vida de miseria y
sumisión con sus reformas machistas. En los inmigrantes a los que
secuestran en CIEs o matan en las fronteras. La recuperación de la
oligarquía se cimenta en la desaparición del precario sistema de
protección social que existía, y en reprimir cualquier forma de auto
organización popular.
Sin un
cambio de Régimen no tendremos ni sanidad ni educación públicas, no
existirá apoyo a la dependencia, no se asegurará el futuro de las
pensiones públicas y exterminarán cualquiera de nuestros derechos y
libertades civiles. En el actual Régimen monárquico solo tenemos asegurada la miseria, la represión y la explotación.
Ha llegado entonces el tiempo del cambio.
El Régimen
monárquico pretende garantizar su reproducción mediante la represión, la
fascitización y un paquete de medidas complementarias al brutal
sufrimiento al que someten a las clases trabajadoras. La Ley Gallardón,
un auténtico ejercicio de violencia de género estructural puesto en
marcha para reconstruir una sociedad machista sin fisuras, debe cesar.
La ley Wert, que pretende ciudadanos idiotizados y analfabetos y
ciudadanas sumisas y sin derechos, debe cesar. La llamada ley Mordaza,
que da a la policía las atribuciones de un juez, y la ley seguridad
privada, que permite la creación de policías privadas, deben cesar. La
eliminación de la Jurisdicción Universal, que convierte esta monarquía
en refugio de los peores criminales contra los derechos humanos, debe
cesar. Y para ello, es el actual Régimen de empobrecimiento e injusticia
el que debe cesar.
Estos
últimos años nos han enseñado que podemos luchar y que podemos vencer.
Hemos conseguido importantes victorias de ámbito local: la huelga de
limpieza de Madrid, el pueblo de Gamonal deteniendo la especulación del
cacique local, la Marea Blanca paralizando la privatización de
hospitales públicos, las infinitas denuncias políticas que compañeras de
Legal Sol y otras abogadas y abogados han ganado… Hemos aprendido a
organizarnos, a luchar codo con codo, con objetivos concretos y método, a
ejercer la solidaridad. Es la única manera de conseguir la victoria.
El 22 de marzo llegan las Marchas de la Dignidad a Madrid. A tomar Madrid. Con ese impulso,
la Coordinadora 25s hace un llamamiento a todo el Pueblo para que salga
a la calle el 29 de marzo con un objetivo: la abolición de la monarquía
y la caída del régimen monárquico. Es el momento de poner en
marcha un movimiento popular tan amplio y poderoso que impulse las
construcciones de los Procesos Constituyentes-destituyente que nos
garanticen una auténtica Democracia y Justicia Social.
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