La reducción generalizada de las ayudas públicas que afectan a los escolares -directamente o a través de sus familias- como las becas de comedor y de libros, prestaciones de desempleo, ayudas a personas dependientes, etc. han puesto a numerosas personas en el límite de la pobreza, en algunos casos extrema.
En el caso concreto de los centros educativos del Barrio Lucero y zonas cercanas, tenemos conocimiento de la existencia de niños y niñas que -al no recibir la beca de comedor- ven comprometido su derecho básico a la alimentación, en lo que a nuestro entender constituye uno de los atentados más vergonzosos a la dignidad, consecuencia de una injusta gestión de la crisis económica que carga las medidas mas duras sobre los más débiles.
Para intentar paliar algunas de las situaciones más urgentes, la Asociación de Vecinos Lucero ha promovido un proyecto -Lucero Solidario- consistente en el compromiso por parte de las personas que se han sumado de realizar una aportación económica mensual estable para sufragar las becas de comedor de aquellos casos de extrema necesidad. Por el momento hemos conseguido cubrir 23 becas de comedor completas. Sin duda hay mas casos a los que quizá no podamos llegar. La ayuda vecinal no es una solución definitiva ni pretende serlo, el proyecto lo enmarcamos en la exigencia de un cambio en las prioridades de la política económica que ponga énfasis en el mantenimiento de los servicios públicos y del empleo estable y con derechos, única forma real de mejorar las condiciones de vida.
Las reducciones de las becas de comedor no son un “sacrificio necesario” para salir de la crisis, ni su existencia significa un derroche de una sociedad que -según el relato de los culpables de la crisis- “vivía por encima de sus posibilidades”. La alimentación, como la vivienda, la educación, la salud, etc. son derechos básicos que deben ser facilitados y protegidos por los gestores de lo público, en este caso el gobierno municipal y el autonómico.
Nos dirigimos al actual gobierno municipal y autonómico, a los grupos políticos que pretenden ser su alternativa y a las organizaciones sociales que canalizan las aspiraciones de la ciudadanía para reclamar medidas profundas y urgentes que den respuesta a los graves problemas de nuestros vecinos, especialmente de los que ya partían de una situación más difícil.
Hablamos de dignidad y derechos, seguiremos exigiéndolos.
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